LA EMPLEADA DOMESTICA
Leonardo entró a su nueva casa después del Colegio, descargo' el morral y se dirigió a la cocina.
Allí se encontró con una joven.
--¡Hola debes ser Leonardo, me llamo María!
Entonces María se dirigió a la nevera y le preguntó si deseaba algo de beber. Leonardo asintió con la cabeza y se sentó a la mesa con un libro ya que debía presentar un informe para la clase de lectura.
María se acercó a Leonardo extendiéndole un vaso de agua.;
--¿Qué lees? --pregunto' María
--"La casa a oscuras" --respondió Leonardo sin interés de continuar la conversación con la nueva empleada doméstica. Había algo en ella que lo hacía sentir muy incómodo.
--¡También tuve que leer ese libro en el Colegio --respondió María--, pero no me agradan las historias de fantasmas. Espero que tú tampoco creas en ellos! Me imagino que ya conoces todos los rumores acerca de esta casa.
--¡Si conozco sus rumores de que esta casa está habitada por fantasmas! ¡pero a diferencia de mi papá, a mi, me tienen sin cuidado! No creo en lo sobrenatural --contestó Leonardo de manera tajante, haciendo aún más evidente su desinterés por continuar la conversación y añadió--Este lugar está hecho un desastre ¿puedes por favor guardar las cosas de los antiguos dueños, y desempacar nuestras cajas?
Entonces María se dirigió a la sala y comenzó a desempacar! Leonardo continuó leyendo, termino el informe, y se marchó a su habitación a tomar la siesta. Entredormido, escuchó a María despedirse desde la puerta.
Acercándose la noche, el padre de Leonardo llego' a casa después del trabajo. Ambos comenzaron a conversar
--¡Hijo,! Creo que nunca voy acostumbrarme a este lugar, los rumores de que habitan fantasmas me tiene muy preocupado --dijo el padre--
--¡Nada de eso! Papá, eres el único en esta casa que cree en esas cosas. ¡Yo! no creo en fantasmas y hasta María, la nueva empleada doméstica, tampoco cree en ellos.
El padre se llevó las manos a la boca y dijo --consternado-- ¡Hijo! Empaca tus cosas de inmediato, ¡debemos irnos!
--pero...¿por qué papá?-- exclamo Leonardo sorprendido por la extraña reacción de su padre.
--¡porque no contraté a ninguna empleada doméstica!!
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