OJOS DE FURIA
La pequeña jazmín, habia sido abandonada en la casa de sus tíos, la madre de ella vivía ahí con ellos, su hermano y su familia que la conformaba su esposa y sus dos hijas de 16 y 18 años de edad, la madre de jazmín era soltera, el padre la había abandonado nada más supo de su embarazo, ella conoció a otra, persona pero aquel infeliz le dijo que no la aceptaría con una niña que no era de él y ella como una maldita madre desnaturalizada abandono a su hija en ese hogar donde bien sabía como era su hermano y su familia, jazmín tenía ya 10 años y dos de haber sido abandonada, dos largos años que han sido una eternidad, sufriendo la vejaciones de la esposa y sus hijas quienes la tenían de criada, lavando ropa, trastes, limpiando la casa, los insultos y golpes eran la constante ahí, no había día y noche que no saliera un momento a llorar, su inocencia no asimilaba por que hasta los gatos de sus primas eran mejor tratados que ella. Varios ojos miraban la escena todos los días, ella los saludaba con esa bondad que aún no perdía, esos ojos se miraban entre sí, tristes cuando veían llorar a la niña, felices cuando los saludaba y furiosos cuando escuchaban los golpes que le daban la tercia de mujeres, aunque el tío no participaba en esas vejaciones, tampoco hacía nada por detenerlas, a decir verdad, le valía pura madre lo que le pasara a la pequeña jazmín.
Una tarde todo cambiaría, la prima mayor le había cortado su cabello a puro tijerazo dejándola terriblemente pelona con mechones de cabello en algunas zonas de la cabeza, esta humillación fue suficiente para la niña, quien se atrevió a darle un puñetazo a la prima en plena nariz, lo que provocó un sangrado abundante, los gritos atrajeron a la hermana menor y a su madre que al ver a su hija sangrando de la nariz, preguntó :
-que te paso hija?
-esta maldita arrimada me golpeó.
La madre se quito su zapato y comenzó a golpear a la niña, junto con las otras dos hijas, la llevaron a puro golpe afuera de la casa, cuando los varios pares de ojos se pintaron de rojo sangre y se avalanzaron sobre las tres malditas, la sangre de ellas brotaba por todos lados, sus pieles, rostros y cuerpos eran sacudidos sin piedad, luego los ojos de furia salieron corriendo no sin antes ver a jazmín, quien también los vio con satisfacción y complicidad. Cuando los vecinos fueron a ver la masacre, una de ellas dijo :
-vaya, esas malditas por fin les dieron su merecido, han sido años de maltrato a la pobre jazmín.
Otro vecino dijo :
-ya ve las ineptas autoridades, nunca quisieron venir a ayudar, por más denuncias que hicimos, ahora aquí están las consecuencias.
-que cosas no vecino? Tanto que llamamos a la perrera para que viniera por esa jauría de perros que siempre estaban aquí, quien iba a pensar que ellos le pondrían fin a esas arpias de una manera tan espantosa, mírela como las dejaron, destrozadas y no pararon hasta matarlas.
Lo mejor será llamar a la perrera, aunque nunca habian actuado así, no vaya a suceder de nuevo.
Los perros regresarían, por que jazmín siempre compartía su comida con ellos en las noches cuando todos dormían, robaba un poco de lo que hubiera en la estufa y pan y tortillas duras nunca les faltaron, ni las caricias, ni el calor de jazmin para aquellos perros con ojos de furia, quiénes correspondieron a tantas atenciones, acabando con unas malditas lacras que nadie echaría de menos, esos ojos de furia que tenían fuego y qué solo se apagarian cuando acabarán con él hombres de la casa , aquél que permitió que todo aquello sucediera.
"se ha sabido de valientes perros callejeros que han sacrificado su vida por un ser humano, cuidemos un poco de ellos y si no ayudamos, no maltratemos, tal vez salven a alguien más"
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